El pasado martes ocurrió un desafortunado accidente en Gorráiz, y un jugador recibió un bolazo de un compañero de partido, con un alcance bastante grave, pérdida de un ojo según parece, por encontrarse ligeramente adelantado sobre la línea de golpe, y a escasos metros de distancia.
A pesar de la rápida asistencia y evacuación, el revuelo que se organizó fue importante ya que se trataba de varios partidos de jugadores riojanos que habían venido a pasar el día y, por desgracia, el asunto no acabó bien. Se da la coincidencia de que el herido es presidente de un club de golf vecino, tiene un handicap bajo y experiencia contrastada en el campo.
Esto me lleva a pensar la de veces que nos adelantamos, confiamos y bajamos la guardia en el campo durante los partidos, sin pensar que un mal golpe lo da cualquiera, y cuando menos te lo esperas. En un partido de cuatro en Gorráiz con handicaps bajos (por ejemplo, todos al par del campo, ja, ja) se dan ni más ni menos que 288 golpes, es decir, un montón de situaciones de peligro en tu partido, y simultáneamente, en los demás que hay en el campo.
Sólo esta circunstancia sitúa a mashalls, starters, greenkeapers y toda figura que vele por el orden en el campo como elementos básicos y esenciales en un campo, algo que los clubes deberían entender. Pero más allá de lo que éstos hagan, todo empieza por un comportamiento prudente y cauteloso de cada jugador en el campo... antes de que tenga que venir el juez a levantar a alguno/a de la calle del 5 ;o) bromas al margen, es mucho lo que nos jugamos.
He intentado localizar algún web, artículo o referencia interesante sobre el tema en la red, pero me he cansado de ver que todo lo que tiene que ver con accidentes, peligros o precauciones en el mundo de golf se viste de guasa, mal gusto o humor barato. Otra muestra de que no somos muy conscientes del tema.
Y el que después de esta chapa quiera más, que visite este blog, mola.
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