martes, 25 de enero de 2011

Una tarde con Carlota

Charly, el Belindo, Carlota y Javicu.
Las sorpresas, las buenas, suelen ser tan insospechadas como agradecidas... si no, más que sorpresas, pasan a ser marrones, no ?¿? Es lo que ocurre cuando hiela de noche y amanece el campo blanco y escarchado, cuando las salidas de primera hora se alborotan y... eso, la sorpresa se vuelve marrón para el starter y para todo aquel que tenía sus planes hechos con aquello de jugarse la partidita y comer a la hora habitual. 'Tensión on the tee' se llamaba la película.
Carlota, en un hoyo 8 de Gorráiz, espléndido
Bueno, elucubraciones al margen, y en una de esas de horarios alterados, tuvimos la suerte, privilegio o fortuna hace unas semanas de compartir, Charly Hammer y el Belindo, partido en Gorráiz con Carlota Ciganda, su papi Jesús, al bolso, y las idas y venidas de Javicu Taberna, con un golf más de slalon o supergigante que de fairway (eso si, killer hasta el final en su match contra Carlota ;o) en una de esas sensacionales mañanas de sábado que nos está dando este invierno (antes de que llegase esta ola de frío, claro).

Charly, observado por Carlota en la salida del 16.
La verdad que la jornada fue tan completa como emocionante, con unos primeros hoyos un poco tensos, y hasta comprometidos, por ver el nivelón de swing, juego, toque y presencia de la que, seguro, va a ser una de las mejores jugadoras de todos los tiempos. Y mira que esta chica es sencilla, cercana, afable, 'softly', y de casa, que nos vemos cualquier día por aquí, pero... oye, compartir partido con Carlota, ufff... como decía algún tuitero: es como echar un rondo con Messi... ya te digo !!
Arizona State equipament.
Así que placentero espectáculo supuso ver durante cuatro horas a Carlota a ritmo suave, de entreno (de amarillas, si ;o) y sin apretar ni hacer grandes esfuerzos (el segundo golpe del 9 con un híbrido que la dejó a 5 m de bandera larga, o el drive del 15 para pincharla en green, quizás) pero con una solvencia y una tranquilidad... pasmosas y fascinantes !!! para mi, y para cualquiera cuyo caminar por el campo se parezca más en una Avenida de Hanoy que a una alfombra verde del fairway. Me quedé con la impresión de que Carlota, en casa, con pantuflas, el Tuenti y a hoguera puesta, no está tan a gusto como en un campo de golf.

Detalle que recordará para siempre mi bolsa.
Ese es el recuerdo, y también, de lo bien que nos lo pasamos, el Belindo puliéndose a Hammer en el 16 con un birdie de empujar ;o), y los Ciganda y Javicu en sus piques y ñikis ñakas familiares, antes de que Carlota partiera ese mismo domingo rumbo a la que será su última etapa como universitaria en Estados Unidos, y previo paso al profesionalismo, tal y como parece evidente. Carlota finalizará la temporada universitaria (ojalá que a lo grande, como en el año pasado) y antes del verano, probablemente, haya buenas noticias.

Jesús y Javicu, subiendo la cuesta del hoyo 11 de Ulzama.
Pero como esto de golf es, antetodo, una cuestión de gentelmen, con su toque de networking (que dirían los frikis tecnológicos de ahora, jaja), pues a los días les devolvimos a nuestros amigos ulzamarras la invitación, en una gélida tarde de sufrimiento en el Infierno Verde, y dónde sólo las ganas, la pasión por el golf, y el cencerro que nos cuelga a todos del cuello, hicieron que viésemos a pasar una fantástica tarde de golf, bien recompensada a posteriori, con el placentero calorcico de la Casa Club y la conversación con Merche, su estandarte.

Al golf rítmico de Jesús y las castigadas de bola de Javicu no les hizo falta ni la mitad de los once hoyos jugados para evidenciar quién manda en casa de quién, y los eternos problemas que tenemos los gorraiceros para rendir fuera de nuestros dominios. Si, además, Ulzama está helado (rollo... tercer golpe de hierro 9 pinchado a 1 m de bandera en el hoyo 10, que acaba 20 metros por detrás de green) y duro como la piedra, pues lo dicho, ya vendrán mejores temperaturas para tomarnos la revancha.

Xarlot, Jesús, Javicu y, of course, Charly... gracias por hacerlo posible.
Buena semana gente

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