Santo Golf

Florido y precioso panorama en el green del 9.

Una vez pasados los días de asueto vacacional, e imaginándome a todo el mundo a piñón en sus labores cotidianas, quiero pensar que entre procesión, visita a cualquier museo o cañitas con los amigos... habéis jugado a golf.

Yo si lo he hecho, y como suele pasar en estas festividades, ante semejante estampida de 'belindos', la ventaja que tiene hacerlo en Gorráiz, entre chubasco y chubasco, es que parece que por 5.50 € de greenfee no compras una salida al campo, si no el campo en si mismo.

El campo está espectacular.

No hay nadie y sientes realmente una de las cosas que más valora un golfista: la tranquildad del entorno, la concentración en tu juego y la sensación de que, independientemente de lo que la bolita y los palitos quieran hacer, este deporte relaja y merece la pena estar cuatro horas danzando por las calles y greenes... y si es a la tarde, con el cuerpo en plena actividad, mejor... verdad Gerardo? ;o)

Además, si te aburres de 'tú' golf, siempre te quedará la posiblidad de retarte, acompañarte o coincidir con los Bermejo, Cancio, Maxi o Aldaz para jugarte una caña o, simplemente, compartir un buen rato de golf.

Antonio Aldaz, tras darle al drive en el tee del 17.

Sin embargo, los 'momenticos' festivos y dias señalados (sábado y domingo a la mañana, preferentemente) parece que los carga el diablo, y el último día de las fiestas, lunes santo, en ese retorno de todo el mundo a Pamplona, y a las 9 de la mañana en el tee del 1 junto a Mr. Lefty Arrieta, experimentamos el polo opuesto a todas estas plácidas sensaciones antes descritas. Es más, fuimos parte de esa fiesta que se montan los 'domingueros', con un ambiente 'gorraicero' de esos que... provocarían un infarto al Marshall de Carnoustie.

Segundo y primer corte de rough y calle, cosa seria.

Con todo, la coincidencia quiso que compartiésemos partido con Antonio Borda, presidente del Club, y la verdad, no había tenido el gusto todavía. Me pareció majo y afable, con unas manos y swing poderosos, pero más en sintonía y preocupación por el estado del campo, que de otras cuestiones y detalles iguales o más importantes para la vida social del Club (para lo primero, ya tenemos gerente y greenkeper, y creo que el del campo, es una de las facetas más brillantes en su quehacer).

Bonita estampa de la Casa Club desde la calle del 9.

Los designios de un Club. Es un tema apasionante. Casi veinte años después, con la nueva perspectiva de la ausencia de los promotores originarios de Gorráiz, qué Club queremos, tenemos y proyectamos para los veinte años siguientes. Sin duda, eso no es que dé para otro post... da para un blog entero (y viendo cómo se gestiona y la información que da la web del Club, escasa y poco dinámica, igual hasta no sería mala idea, mira por dónde). Pero son temas delicados, los pros y los contras de cualquier gestión, ya se sabe, a gusto de cada cual, y para gustos, los colores.

Las reformas en el tee del 15, inminentes.

Probablemente, la 'fiesta' en la que nos vimos inmersos no ayudó demasiado (bolas perdidas, dar paso a partidos, coches por aquí, charlas ajenas por allá,... a través de mi Twitter fuí contando unas cuantas), así que, llegados a este punto, el Belindo, excepto en partidos cerrados o por obligación torneil o... bueno, porque las circunstancias obliguen, pasará de estar en esos circos matinales dónde, fíjate tú, hasta un Presi de Club de Golf te juega el putt para birdie que tienes en el hoyo 5 :o((

El partido del Lunes Santo.

La verdad, es algo que con el despiste le puede pasar a cualquiera -la Lola y la Chon ya me lo hicieron cuando era handicap 28 - pero... una vez superado el cabreo del momento, y la forrada que nos pegamos esa mañana, todavía sigo pensando en por qué me tenía que pasar a mi: ya, Chente... para contarlo ;o)

Buena semana gentes del golf