jueves, 3 de noviembre de 2011

El golf, juego... de, con o para niños?

La semana pasada di por finalizada mi participación en el Match Play social de Gorráiz después de sucumbir, en tercera ronda, ante Lucas Hart, una encantadora criatura de 10 años, que ya se había ventilado a unos cuantos jugones en las rondas previas y que, como siga jugando al nivel que lo hizo contra mi, o el mismísimo Paco Moreno en la ronda anterior, llegará bien lejos en el cuadro.

El vencedor, a hombros.

Para mi ha sido la última competi importante en lo que queda de año, y me apena haberme quedado tan pronto en el camino, dado que la modalidad mola; no hay muchas competiciones así entre los amateurs, y el Match Play es algo que engancha: por la tensión y dureza mental que exige ir compitiendo hoyo a hoyo, y también por el carácter social, que es en el que te enfrentas a otros socios de tú club, y eso, queramos o no, le da una vidilla especial.
 
En mi caso, sufrí de lo lindo el día de la batalla: tenía que dar 10 golpes (5 por vuelta), y pese a hacer dos birdies en la primera, y salir 1UP del 17... perdí en el 18 con un resultado inapelable y un rival que me ganó merecidamente, demostrando que es uno de los jugoncitos benjamines navarros que empujará dentro de la cantera del golf local, de eso no tengo dudas (como tampoco las tengo de que tuve mis oportunidades para haber ganado... eso, en golf, siempre pasa).

Charly camina fuerte por el cuadro, y sigue en competición.
 
Sin embargo, la participación de menores en este Match Play está despertando críticas y suspicacias entre bambalinas, ya que a la gente (adulta) no le gusta jugar, y menos en esta modalidad, contra estas temibles criaturas: hay que darles muchos puntos, no se puede aplicar toda la guerra psicológica que exigen estas partidas, es inevitable que jueguen acompañados por los padres, y, normalmente, te la lían, bien porque te funden, o bien porque se agarran algún perrenque a los que no estamos demasiado acostumbrados en los campos.
 
Los más críticos abogan por las soluciones más lógicas (si, esas que no sabes muy bien por qué, pero nunca se adoptan), véase: o 1) hacer categorías; o 2) no dejar jugar a menores de 16 y/o 18 años; o 3) hacerles a los chavales y chavalas una competición propia dentro de sus pruebas habituales. Todas las opciones parecen ser más viables que la del todos juntos y revueltos.

Alberto Iza sigue vivo.
 
Alguna de esta medidas se debiera tomar a futuro en Gorráiz para no acabar desvirtuando un Trofeo que, paradójicamente, desde el Club se quiere potenciar y que, con 'detalles' como estos, o no controlando los tiempos y fechas en los que las parejas se enfrentan y la pelea final se demore eternamente. Está bien dejar que los rivales se organicen, todos sabemos que el personal anda liado, pero ver semejantes descompensaciones en el cuadro, no beneficia a la competición.
 
Lo de ir contándolo, dándose valor e informando adecuadamente a socios y participantes, se lo dejamos al de los bandos, que parece que ha perdido la corneta. En todo caso, go, Lucas, go... no puede ser de otra manera, eres mi favorito ;o)
 
Esta semana me bajo a Sotogrande a tener una experiencia de primera en la final nacional del Circuito SummunGolf, lo que promete, y mucho, desde ya. Y, tranquilos, que yo ni pierdo la corneta, ni, por supuesto, se la he robado a nadie. De hecho, la prestaría, que llevo muchos años afinándola, y por la cara.
 
Buena semana gentes del golf.

No hay comentarios: