martes, 4 de septiembre de 2012

Medinah, ese lugar

Desde que empecé a maquinar toda esta locura de la #ryderbelindo, una de las cosas que más me ha fascinado, y ejercido una atracción como si fuese un imán, es el Medinah Country Club… si, ese lugar, como diría mi amigo Enrique Soto (@esoto). Como os podéis imaginar, este paraje a situado a las afueras de Chicago lleva camino de ser mi futuro santuario golfístico, no sólo por su majestuosidad o por lo que allí pueda vivir, si no porque ya esconde historias que parecen como sacadas de un cuento… de golf, claro.

Medinah, algo fuera de lo común.

Desde el punto de vista más técnico y funcional dejaré que el colega Wantes Golf se escriba algún día un post como bien merece este fantástico recorrido, que ya ha acogido dos PGA's y tres US Open en sus casi cien años de existencia. A buen seguro que las exigencias del acontecimiento y la propia competición hacen que el Medinah Country Club se encuentre niquelado para ser epicentro del golf mundial durante una semana.

A mí, sin embargo, dos historias son las que me han conectado con Medinah en su línea del tiempo desde que se construyera en 1923 por parte de la clases sociales más pudientes de Chicago. Al diseñador del campo, el prestigioso Tom Bendelow, lo enviaron durante dos años de rule por Oriente Medio para que pillase ideas bizantinas y arábigas antes de levantar lo que se querían fuese la recreación de un oasis en una parcela de Chicago. Desde luego, el bueno de Tom se lució y dejó una obra maestra tanto en la Casa Club como en el diseño de sus tres recorridos.

Los orígenes del Medinah Country Club.

La otra historia que tiene nombre y apellidos respecto a Medinah es el testimonio de un socio, David Steele, que me he ido encontrando repetitivamente en las búsquedas y lecturas que llevo haciendo de un tiempo a esta parte sobre la sede de esta 39ª edición de la Ryder. En una entrevista este señor describe así los sentimientos que le despierta ser socio de ese campo: ''It's pretty special,'' agreed David Steele, a Medinah member since 1979. ''Every time I play golf, I sit on the bench and look at the clubhouse. You sit there and think, 'We're pretty lucky to be here.'''

Probablemente es algo que podemos decir todos aquellos que llevamos con orgullo nuestro campo por encima de gerentes, presidentes y otros cargos pasajeros en la gestión de una sociedad tan peculiar como es un club de golf. Pero sobra decir que ya he puesto en marcha todas las maquinarias a mi alcance para conocer a mi tocayo y hacer, juntos, lo mismo que él en Medinah el lunes o martes después del follón. Sería wonderful.

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