martes, 25 de marzo de 2014

Pasé por Madrid Golf (I)

Y así os lo espero contar, en unos cuantos posts (desconozo lo que mi pluma dará de si) a lo largo de la semana, junto con las tropecientas mil fotos que aún estoy descargando y desde, todavía, la amalgama de sentimientos, sensaciones y reflexiones que me suscita, de manera personal e intransferible -os recuerdo que en la cabecera del blog no pone ni ABC, ni El País, ni Crónica, ni Ten Golf-, una de las mejores y más divertidas ediciones que recuerdo de la principal feria del golf en España: Madrid Golf.

Acceso al recinto.
Estuve poco, los dos primeros días dedicados a los profesionales, pero viviendo la Feria intensamente, dándole duro a las publics relations y al estar, abrazar, conversar, conocer, escuchar, hablar, reír y hacernos selfies con un montón de gente amante de 'lo nuestro'.

Kiko Luna, en su zona de putting, muy completa.

Quizá no todo el mundo pueda decir lo mismo, porque en los tiempos que corren la cosa está malita para muchos, pero el que suscribe (y creo que muchos otros a los que durante estos días he escuchado, principalmente, quienes se lo están currando), así lo siente, y creo que si el golf español, o su llamada industria, cambiasen un poco el chip, enfocasen el análisis desde otros parámetros y mirasen al golf (y, sobre todo, a los golfistas), en este país procurando ver el vaso medio lleno, al menos, se respiraría un poco más de optimismo en el ambiente que las primeras conclusiones, rápidas, a bote pronto, y sin muchos datos, de la Feria que se extraen.

El Stand más cuqui, el de la Fede Madrileña.
Las comparativas (que nunca son buenas) respecto a otros años hablan de caras largas, cuestas abajo, de la llegada del Pádel (con el que hemos compartido la mitad de Feria), conjugaciones hasta el infinito del verbo menguar, dimes, diretes y excusas variadas, y la frase del millón: es que no hay dinero, nadie tiene dinero. Es en lo único en que parece estar todo el mundo del golf de acuerdo.

Zona naranja, zona de pádel.

Será un tema, éste del dinero, sobre el que vuelva en algún otro momento a lo largo de la serie de posts, pero el primero quería dedicárselo, y en forma de agradecimiento, a los tantos amigos y amigas, empresas y profesionales, y gentes del golf con los que me reencontrado, o conocido, durante estos días. Difícil personalizar uno a uno, pero sirvan los #selfies (ha sido otra de las grandes alegrías de estos días, ver qué el mundo del golf, al menos, reconocía que no entré en barrena mental hace cuatro años cuando empezamos con esta fiesta del autorretrato) y nuestras sonrisas para acreditar y verificar ante el mundo que no hay nada que llegue más que un careto... y, como bien dice la Obregón, por favor, posando, que de un robado puede salir cualquier cosa. Gracias, de corazón, por seguir con la fiesta.

Aplicaciones y todo tipo de ofertas tecnológicas.
El otro agradecimiento, y este sí que es expreso, nominal y personal es para Rocio Aguirre, CEO y gran jefa de Madrid Golf desde el principio de los tiempos. Al margen de cualquier valoración profesional respecto a lo que supone estar al frente de un sarao de estas características, y de los resultados que cada uno quiera buscar y extraer de esta y cualquiera de las ocho ediciones anteriores, creo que Rocío se merece un reconocimiento incondicional, y nuestra gratitud, simplemente por el esfuerzo que supone sacar Madrid Golf adelante, y ser la cara (y siempre buena) de todo un equipo y maquinaria que no es nada fácil de gestionar, en unos días de extrema tensión y muchísimos frentes abiertos.

Con Rocío Aguirre.
Independientemente del afecto o no que le puedas tener, además, creo que Rocío simboliza la pinza que está en medio y que se 'come' el marrón y el lógico desajuste en el que acaba confluyendo una feria con muchos planteamientos inadecuados, siendo el principal, su concepción antigua (vender espacios de stands) ante un sector que está entre traumatizado porque no le salen las cuentas, desunido y con cien mil batallas pendientes, que no apuesta ni de lejos por la feria (aunque la exija como si habitásemos en Versalles) y que se encuentra perdido y despistado por su tradicional inmovilismo y su consabida falta de imaginación para afrontar, con eficiencia, que es lo único vale y marca el ritmo de este baile, en muchísimos aspectos de la vida moderna (gestión, comunicación, marketing, ventas,...). 

Al golf español no le da para reinventarse, aunque sea lo que todo el mundo pida, quiera y necesite... y esta pobre mujer, ella, Rocío, ha estado in the middle, en el ojo del huracán durante los intensos meses de preparación, y especialmente, en estos cuatro días de moqueta verde que, efectivamente, le dejan el pelo, la voz y los pies a cualquiera para el arrastre.

Zonas de fittin.
Despido esta primera entrega enviándote mucho ánimo, Rocío, enhorabuena por el trabajo, y por el de todo tu equipo durante estos complicados días. Un agradecimiento que debe hacerse extensivo a tantos y tantos profesionales que, con su circunstancia y realidad, han estado durante estos cuatro días al pie del cañón para que Madrid Golf saliese adelante, desde sus stands, sus marcas, sus visitas y sus chiringuitos. Admirable y creo que no podemos más que estaros agradecidos. Que aquí así conste.

Un primer álbum (con muchas más fotos y selfies de los que fui publicando al toque) y espero que hayáis empezado bien la semana, gentes del golf.

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