miércoles, 13 de agosto de 2014

Hasta pronto Rogelio

No soy el presidente de la Federación Navarra de Golf, ni tampoco del Club de Golf Ulzama. Tampoco soy socio de ese precioso campo. Nunca recibí una clase de suya, ni salí con él al campo. Imagino que habrá otros que lo trataron más y mejor que yo. Y que lo conocían mejor que yo, también. Y que hay mil historias y mejores que contar, seguro.

Rogelio, en la proshop de Ulzama.

Pero me da igual. Este blog no se va a quedar sin una entrada dedicada a Rogelio Echeverría, ni una breve memoria escrita para quien ha sido una de las más importantes figuras de 'lo nuestro', el golf, en Navarra. Y lo hago desde el corazón, y la experiencia vivida, la mía, con Rogelio, si... porque no había una vez en la que pusieras el píe en Ulzama y allí no estuviera Roger, como a los más vacilones nos gustaba llamarle.

Esa es la primera reflexión que me viene a la cabeza cuando pienso en su pérdida, la de una figura indisolublemente unida a un Club, Ulzama, y a su cancha, Casa Club, parking... en cualquier parte te podías encontrar con Rogelio, de arriba para abajo, de aquí para allá, sólo, en compañía, y aunque también coincidí con él otros campos (TenerifeClub de Campo y muchos otros courses donde competía Carlota), la figura de Rogelio la asocio a UlzamaRogelio es Ulzama, y para muchos, incluso al revés. Que manera de dejar huérfano un sitio, Roger.

Junto a Javi Romero, Filazos, en Tenerife... pure golf.

Se me ocurren unas cuantas cosas por las cuales recordar a Rogelio, pero fundamentalmente hay una por encima de todas ellas: el brillo de sus ojos, y si me apuras, afinaría más: el brillo del golf en sus ojos. Por que ese es el resplandor y la luz que yo recordaré, y que siempre vi en su socarrona cara cuando venía a interrogarte, así como el que no quería la cosa, si lo buscabas para saludarle: Del 'qué? cómo vas? cuántos golpes? pasaba rápidamente a reírse, le hubieras dicho lo que le hubieras dicho: 'pero, si sois jóvenes, hay que darle más a la bola, si esto es fácil...', sabiendo que ibas, o acababas, de meterte una forrada en ese campo que él conocía como el salón de su casa. Rogelio sabía cuando en su interlocutor habitaba el gusano del golf, y eso era lo que le ponía la mirada incandescente. Daba igual tu condición, fueses quién fueses, vinieses de donde vinieses. Ese era el nexo, ahí estaba el brillo.

Fácil sacarle una sonrisa.
Como bien recordaba Joaquín Andueza, presi de FNG y socio de Ulzama, en su emotiva nota escrita hace unos días en Crónica GolfRogelio es EL golf para un montón de gente, generaciones enteras, y no sólo en Navarra. Toda una filosofía de vida construida en base a esa ciencia tan inexacta como poderosa (si, también en nuestro deporte) como es el corazón. Si lo pillabas algún día tranquilo en la cafetería te contaba alguna anécdota de esas de sus inicios: 'pasar el corte en un torneo significaba mucho, era poder ganar algo y jugar el siguiente, que si no lo que te esperaban era el pueblo, la parienta, las vacas y un trabajo mucho más duro que estar en un campo de golf... y así era nuestra vida de golfistas: tres cortes pasados, disfrutar como enanos y a la que te despistabas, ya estabas de vuelta encerrado en el pueblo con las vacas. Había que espabilar', decía, una vez que le falló un alumno, y yo acababa de meterme más de 100 golpes. Daba igual. Él me seguía llamando 'fenómeno' cada vez que nos hacíamos un #selfie, entendiese o no de qué iba el asunto. Ni una mala cara, ni un reproche, nunca. No hacía falta. Me veía así feliz, pues así felices todos. Así era Rogelio.

Con Rogelio Echeverría se van muchas historias de este pelo del primer golf en Navarra Pamplona, de tantas y tantos golfistas que han empezado, continuado y seguido, hasta el último de los días, confiando su manera de entender el golf. A veces ruda, peculiar y llena de expresiones irreproducibles, muy de andar por casa, pero con un touch, personal y golfistico, que sólo está reservado para los más grandes de este deporte.


A veces también se hacía el duro: en el tuit ponía '

Cuando hace menos de un mes me enteré, junto a los Iza Brothers al ir al Navarro de 3º, que Rogelio llevaba unas semanas malico, nos dio un pequeño bajón a todos. De hecho, volvimos a la semana siguiente a la disputar la Copa Ulzama esperanzados de que la cosa se hubiera estabilizado, e incluso mejorado, como nos habían comentadoEstoy seguro que el día que hice 82 de blancas y medal me hubiera soltado algún improperio, y nos hubiésemos echado unas risas con el score. Es una lástima, todo eso se ha acabado.

No fui muy consciente de todo esto cuando estaba el pasado finde aprovechando unos días de playa y me llego el mensaje de una buena amiga de Ulzama con la noticia. Ahora compruebo que se me humedecen los párpados al cerrar estas líneas y celebro, con gratitud y alegría, que acordarme del Roger, como lo llamaban los Iza cada vez que iban a buscarle, me emociona. Es el mejor recuerdo que te puede dejar alguien en esta vida, no os parece?

Así será siempre Rogelio, desde aquí, amigo, golfista y jugón, gracias por todo y God Bless, que tú, aún siendo más de pueblo que las amapolas, bien sabes lo que significa. Nos vemos pronto allá dónde estés, que seguro que hay golf.

Buena semana gentes del golf.

No hay comentarios: