miércoles, 11 de noviembre de 2009

SON MUNTANER GOLF

Siguiendo con la línea iniciada por el Belindo de contar nuestras experiencias por Palma de Mallorca y desde la “tranquilidad” de la oficina, me afano en darle a la tecla para intentar hacer un resumen por etapas de los campos que allí jugamos, que del resto se ocupa el “pro”.

El primer campo que tuvimos la suerte de catar, aunque quizá es más apropiado decir destrozar, pues no estaba nuestro juego para muchas florituras (al menos el mío) no es otro que Son Muntaner. Un bonito campo de 18 hoyos perteneciente, al igual que los otros dos que visitamos, al Arabella Golf & Spa Resort. Este Resort cuenta con cuatro campos de golf y tres hoteles, así como servicio de transfer para que no tengas que preocuparte por nada. Bueno sí, debes preocuparte de hacer pocas, que ya es bastante.

El campo de Son Muntaner quizás le suene a más de uno porque en él se jugó hace un par de semanas un Skins Game entre Olazábal, Kaymer, Carlsson y Rose. Pena no haber coincidido en fechas para disfrutar de esos fenómenos.


Ubicado en una sierra cercana a Palma, este campo cuenta con una bonita casa club, amplia y bien organizada, especialmente en lo concerniente al caddie master, como bien comentó Pedro que de esto sabe un rato. Un amplio garaje junto al cuarto de palos acoge los buggies eléctricos equipados con GPS. De este aparato en cuestión hay un ligero matiz que os contará el Belindo en alguno de sus posts, con foto delatora incluida (cómo se puede poner como slogan de algo relacionado con el golf 'la habilidad de hacer más'... jajajaja, y le pagaron un sueldo !!)

El campo es un par 72 de 18 hoyos con un total de 6036 m desde el tee de amarillas, no obstante, debo comentar que las marcas de salidas estaban bastante adelantadas en algunos de los hoyos, estando cercanas al tee de azules. Destaca en el campo el buen mantenimiento y la puesta en escena, con multitud de detalles de cuidada factura, especialmente en lo referente a la jardinería y la ejecución de las diferentes soluciones constructivas, especialmente los muretes de piedra, como el que rodea el olivo centenario “Na Capitana” del hoyo 15, catalogado como árbol ejemplar y patrimonio cultural.

El Swiss, esperando en el tee.

Fairways y greenes están bien cuidados sin deficiencias apreciables, en los que la bola rueda correctamente, tirando a rápidos y con bastante movimiento. Alguna posición de bandera dio alguna que otra sorpresa y si no que le pregunten a Juan “jugón” o a un servidor como se las gastaba el hoyo 5, a priori un par 3 sencillo.

En lo referente al diseño hubo opiniones para todos los gustos. Es cierto que es un campo con sus “trampas” y que como todos es necesario jugarlo varias veces, pero creo que la mayoría lo consideraría un campo bonito y de dificultad media – alta, por el número de hazards y fuera de límites presentes. En general no es excesivamente largo pero obliga a colocar bien el golpe de salida.

Charly, preparando el material.

Debido a su diseño, dificultad o “personalidad” destacaría los hoyos 1, 4, 5, 6, 15 y 17.

El hoyo 1, tiene la cancha de prácticas a la derecha marcada como fuera de límites, con salida en alto y si te atreves a apurar puedes dejar la bola muy cerca del green. Si no, lo más sensato es jugar un hierrito o una madera a calle, pero ojo, está más cerca de lo que parece.

El hoyo 4 es el handicap 1 del campo y nos comentaron que con viento se complica mucho debido al out de la izquierda, a la regata que lo cruza a unos 90 metros de green y a las pequeñas dimensiones de este. Deberemos volver para comprobarlo pues se nos hizo más fácil de lo esperado. NOTA del BELINDO: y tanto, yo le hice birdie, jajajja ;o)

El hoyo 5 es un par 3 con salida en alto, largo y con un green de dos plataformas con pendiente todo él hacia la parte frontal y más caída de la que aparenta, en el que puttear puede ser una tarea delicada.

La bolsa de Juan, muy, muy molona.

El hoyo 6 es un par 4 con salida muy elevada y una torre de alta tensión en la parte derecha de calle en la zona de caída de la bola, algo que es la primera vez que me toca ver.

El hoyo 15 lo destaco por la presencia del olivo centenario en el rough de la derecha, por ser un par 5 largo, con un pino en la parte izquierda de calle, porque la caída de la bola es ciega y tiene un green alargado y bien protegido por bunkers. Pero sobretodo por el pedazo de eagle que se marcó el amigo Santi, auténtico killer y pegador del grupo, que fue a muerte y encontró su recompensa, im-presionante, había que verlo pegar el hierro 3 a green.

El hoyo 17 tiene una bonita salida elevada con diferentes tees dispuestos en terrazas de impecable escollera, si bien, no es un hoyo excesivamente complicado.

Por lo demás, el trato del personal es impecable, la limpieza de palos está incluida y el restaurante cuenta con una bonita terraza y una buena cocina, lo cual se agradece tras la “batalla”.

Mi conclusión es que no dudaría en volver a jugar este campo y creo que la mayoría de jugadores lo encontrarán muy interesante, en definitiva, altamente recomendable.

Seguro que cada uno contaría una historia diferente y por ello espero que enriquezcan este post mediante comentarios, ofreciéndonos su opinión. En los próximos días iré publicando mis impresiones de los otros dos campos.

Un saludo

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